Los estudios criminalísticos se apoyan
en métodos y técnicas propias del trabajo de diferentes disciplinas, ciencias
auxiliares y laboratorios periciales, entre los que se encuentran:
Arte forense: El retrato compuesto o hablado, realizado a partir
de la memoria de la víctima, es el más famoso, pero también se llevan a cabo
dibujos con base en videos y fotos, y progresiones de edad en caso de personas
desaparecidas. Utilizan un restirador, lápices, testimonio, ya sean verbales o
con fotos y videos, para ofrecer opciones al artista.
Antropología
forense: Para poder
determinar el sexo, talla, edad, grupo étnico, e incluso llegar a la
reconstrucción facial de restos humanos, se requiere de varias semanas de
trabajo en el laboratorio antropológico.
Balística
forense: La
balística forense, como rama de la balística general y parte fundamental de la
Criminalística, tiene como objetivo que en sus laboratorios se lleven a cabo
todos los procedimientos y estudios necesarios de los cartuchos, balas y armas
relacionadas con los homicidios, suicidios, accidentes y lesiones personales.
Dactiloscopia: Aunque la gran mayoría de las impresiones
dactilares pueden hallarse en el lugar del hecho, en otros casos es necesario
que los objetos que posiblemente tengan huellas latentes sean trasladados a los
laboratorios para su reactivación, utilizando polvos, vapores de yodo, ciano-acrilato
de sodio o por medio del rayo láser.